La figura del Procurator Patriarchae apud Sedem Apostolicam (i.e. Procurador Patriarcal ante la Sede Apostólica) es uno de los oficios propios de las iglesias orientales tipificado en el Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium: “el patriarca puede tener un procurador ante la Sede Apostólica, nombrado por sí mismo, previo asentimiento del Romano Pontífice” (CCEO 61). Por ser atribución propia del patriarca con asentimiento del papa, no requiere la intervención del Sínodo Patriarcal, aunque prudentemente le puede pedir consejo al Sínodo o algunos de los eparcas miembros del Sínodo.

La sede de la Procura del Patriarcado Maronita está en Roma, en la misma dirección del Pontificio Colegio Maronita ubicado en Via di Porta Pinciana, 18 (00187, Roma).

En cuanto a la precisión terminológica podemos señalar que el texto final del CCEO cambió los términos consensus (consentimiento) por el de assensus (asentimiento), y el de habet (tiene) por el de habere potest (puede tener): «habere potest a se de asenso prævio Romani Pontificis nominatum» (i.e. puede tener [un procurador], previo asentimiento del Romano Pontífice, nombrado por sí mismo [por el patriarca]).

La figura jurídica del Procurador Patriarcal ante la Sede Apostólica no equivale a un representante del patriarca sino a un mandatario que gestiona los asuntos diversos relacionados a la Iglesia Maronita (o de la iglesia patriarcal en cuestión) ante los dicasterios y congregaciones de la curia romana en nombre del patriarca. En este punto podemos comentar que el órgano consultor sugirió re-introducir la palabra apocrisiarius primero que el de procuratorem (i.e. «Patriarca apocrisiarium vel procuratorem apud Sedem Aposolicam habet»), pero no fue aceptada la propuesta porque el término apocrisiarius remite al concepto antiguo de un representante patriarcal ante la Corte Imperial; siendo, entonces, un término más en sintonía con la palabra “embajador”. El Procurador no es, pues, un embajador del Patriarca ante la Santa Sede, ni es un delegado patriarcal ni tampoco un nuncio patriarcal.

La redacción del canon 61 sobre la figura del Procurador Patriarcal en el CCEO invita a enfatizar en el concepto de la comunión eclesiástica –communio– entre el patriarca y el papa. Por una parte al usar el término Sede Apostólica –y no el de Santa Sede, o el de Sede Romana–, le da hegemonía a la sede de san Pedro (Roma), puesto que en sentido amplio tanto las sedes de Constantinopla, Alejandría, Jerusalén y la misma de Antioquía son sedes apostólicas. Y por otra parte, el hecho de que el Romano Pontífice ha de asentir –no consentir ni dar permiso–, implica que el papa admite como conveniente la propuesta o el deseo del patriarca en su decisión que ha tomado en el nombramiento de su Procurador ante la Sede Apostólica. Así pues, la comunión eclesiástica que existe entre el papa y el patriarca maronita se ve alimentada constantemente por la cercanía, incluso física (el Procurador debe vivir en Roma), que ofrece el oficio del Procurador Patriarcal ante la Sede Apostólica.

Uno de los más importantes Procuradores Patriarcales ante la Santa Sede de los maronitas ha sido el arzobispo titular de Sarepta, mons. Emilio Eid (1925-2009), un hombre piadoso, sencillo y culto, experto en derecho canónico, quien, siendo Procurador, fue nombrado por el Papa san Juan Pablo II vice Presidente del Comisión Pontificia para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental, jugando un papel muy relevante en la revisión y redacción del Código de Cánones de las Iglesias Orientales (1990).