La Ectesis (ἔκθεσις: ecthesis, del griego “exposición”) es una carta publicada en el año 638 por el emperador bizantino Flavio Heraclio (ca. 575 - 641) en la que declaró el monotelismo como la doctrina oficial imperial del cristianismo. La intención de Heraclio era conciliar las diversas posturas sobre los dogmas cristianos sobre Jesucristo. La crisis doctrinal cristológica se manifestó, como tal, cuando algunos se negaron a aceptar el concilio de Calcedonia (451) en el que se declaró, como dogma de fe católico, que en Cristo hay una Persona divina y dos naturales, la humana y la divina.
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El problema inicial más intensó consistió en negar la dos naturalezas en Cristo (la negación de las dos naturalezas de Cristo es el monofisismo, que abrazaron los jacobitas). Heraclio se opuso al monofisismo con determinación. Los monjes de Beit Marón fueron defendidos por Heraclio, pues los maronitas acogieron fielmente el concilio calcedoniano.

En este contexto aparece la herejía de Nestorio que negaba la unidad de la Persona divina en Cristo y, se decantó por decir que en Cristo había dos personas, una persona humana y una persona divina. Los maronitas con firmeza rechazaron también esta herejía, y es aquí, cuando con la llegada de prisioneros romanos a Antioquía, comenzaron a escuchar de dos voluntades en Cristo (i.e. diotelismo). Los maronitas, asustados, por no entender bien este lenguaje, creyeron que hablaban de dos personas en Cristo, y se opusieron ferozmente a esta doctrina que algunos maximitas habían abrazado, y a quienes los maronitas culparon de nestorianos. Aquí comienza la división entre los calcedonianos que se agruparon, entonces, en dos partidos: los melquitas calcedonios maximitas (llamados así por seguir a san Máximo el Confesor) y los melquitas calcedonios maronitas (llamados así por ser discípulos de san Marón). Las disputas entre ambos fueron un malentendido. Para los maximitas en Cristo había dos voluntades discordes o no; pero los maronitas entendieron que, al hablar de dos voluntades discordes, era confesar dos personas en Cristo. Por esta causa los maronitas han sido acusados por algunos historiadores, de monotelitas (pues al afirmar que había dos voluntades en total armonía en Cristo, se les incluyó en los partidarios de una sola voluntad). En efecto, no solo los maronitas estuvieron confusos, el mismo papa Honorio I († 638) incurrió, por escrito, en esta confusión terminológica (mas no teológica).
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Sin embargo, a honor de la historia, no fue así, pues cuando Heraclio publicó la Ectesis –en donde declaraba que en Cristo debería haber una sola voluntad (monotelismo)–, los maronitas lo negaron categóricamente, y no aceptaron el contenido doctrinal de la Ectesis. La Ectesis se constituye así, para los maronitas, en un documento clave, para entender, paradójicamente (pues inicialmente fueron protegidos por Heraclio), que nunca confesaron el monotelismo, a pesar del lenguaje confuso que a veces usaron para explicar su postura doctrinal cristológica: su oposición a la idea de “dos voluntades” se basó en la interpretación de “dos voluntades” como “dos voluntades contrarias”, y no al monotelismo como lo declaraba la Ectesis.