CYRILLONA
Por: Alberto Meouchi-Olivares
Cyrillona (fl. 396) (o Qurilona, un diminutivo de Kyrillos) fue uno de los primeros poetas siríacos. Se especula que podría haber sido sobrino de san Efrén de Nísibe, el autor más importante de la literatura siríaca (Murray, 2006), pero no es tan probable (Brock, 1997); aunque sí fue su contemporáneo.
La literatura siríaca primitiva fue producto de una tradición cristiana oriental centrada en la gran Mesopotamia. Los primeros escritores siríacos preferían enseñar teología a través de la poesía –una forma más desaliñada pero rica en simbolismos–, en contraste con los esquemas filosóficos y sistemáticos del oriente griego y del occidente latino. Quizá por ello el cristianismo siríaco primitivo ha recobrado un interés cada vez mayor para los historiadores de la iglesia (Griffin, 2010).
Desafortunadamente, sobrevive poca literatura siríaca temprana que preceda al Concilio de Calcedonia (451), pues, cuando las controversias teológicas precipitaron la división de la iglesia siríaca en las comuniones oriental y occidental, se perdió bastante literatura, ya que cada una de ellas desarrolló su propia tradición literaria, por lo que es difícil rastrearla con precisión. Las iglesias post-calcedonianas rápidamente se helenizaron, y las obras anteriores a menudo fueron descuidadas, sino es que destruidas. Y, la mayoría de los escritos siríacos existentes que preceden a Calcedonia, simplemente se han conservado totalmente aislados de su contexto original, sin ninguna indicación de cuándo y dónde se originaron. No hay un denominador común para esta literatura temprana: consiste de autores individuales y obras anónimas, cada una con sus propias características, y con muy pocas conexiones entre ellas (Rompay, 2009).
Uno de los más preciados de estos preciosos autores pre-calcedonios es, precisamente, Cyrillona, y él y su obra ciertamente se ajustan a la descripción que se acaba de dar: es casi un anónimo.
Sus obras sobrevivientes han sido preservadas por casualidad, separadas de su contexto original, pero con méritos evidentes, aunque, sus antecedentes históricos, literarios y teológicos no están claros. Los escritos de Cyrillona se conservan en un único manuscrito del siglo VI en la Biblioteca Británica (BL Add. 14591). Este códice es una mezcla de himnos y homilías, algunas con autores citados, pero otros anónimos. Cada homilía se atribuye a Qurloka y a Quriloka, claramente variantes del nombre Cyrillona. Por razones estilísticas e internas, tres obras anónimas adicionales en este manuscrito pueden ser confiadas al mismo autor (Griffin, 2010). Asombra escuchar que el primer editor de estos textos, el orientalista alemán Gustav Bickell († 1906) elogió a Cyrillona como “el poeta siríaco más importante después de Efrén” (Murray, 2004).
Tristemente no existe ningún testimonio antiguo de Cyrillona o de su obra, y todos los intentos relacionados con ello deben ser tomados con cautela. La ortografía inconsistente de su nombre en el manuscrito refleja incluso esta situación. Pero basándose en su referencia a una invasión de lo Hunos del año 395, la vida activa de Cyrillona puede ubicarse a finales del siglo IV, y, por el contenido de sus escritos, se puede asumir que fue un obispo o al menos un sacerdote.
Sebastian P. Brock (1997) en su artículo «A Brief Outline of Syriac Literature» menciona a Cyrillona diciendo: “una pequeña colección de seis textos en verso, que evidentemente están juntos, incluye dos que se atribuyen específicamente a un Cyrillona, cuya identidad sigue siendo misteriosa. Dado que uno de los poemas se refiere a una incursión de los hunos, se puede fechar cerca del año 396. Algunos escritores modernos lo han identificado con ‘absamya, el hijo de la hermana de Efrén, únicamente porque ahí se dice que también él escribió un poema sobre una incursión de los hunos; aún más improbable es la sugerencia de que se lo identifique como Qiyore (Ciro), director de la Escuela de Edesa. Los seis poemas están con métricas distintas, y cubren los siguientes temas: sobre las langostas y sobre la invasión de los hunos; sobre el Lavatorio de Pies; sobre la Pascua; sobre la Crucifixión; sobre el Trigo y sus simbolismos; y sobre Zaqueo [nota: los de la incursión de los hunos y la crucifixión son los que se atribuyen específicamente a Cyrillona]”.
Bibliografía:
BROCK, Sebastian Paul, “A Brief Outline of Syriac Literature”, Moran Eth’o-9, Kerala: published by Saint Ephrem Ecumenical Research Institute, 1997; GRIFFIN, Carl W., Cyrillona: “A Critical Study and Commentary”, Gorgias Eastern Christian Studies, USA: Gorgias Press, 2016; MURRAY, Robert, Symbols of Church and Kingdom: A Study in Early Syriac Tradition, Revised Edition, UK: T&T Clark, 2006; ROMPAY, Lucas Van, “Past and Present Perceptions of Syriac Literary Tradition,” Hugoye: Journal of Syriac Studies 3/1 (2000).
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Cómo Citar:
Meouchi-Olivares, A. (2019). Diccionario Enciclopedico Maronita. iCharbel-Editorial.
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