SINAXARIÓN
DEL CALENDARIO LITÚRGICO MARONITA
f | Junio 25
SANTA FEBRONIA DE NÍSIBE, MÁRTIR (s. V)
Febronia era de la ciudad de Nisibis. Quedó huérfana cuando era niña, por lo que su tía, la diácono Praptia, directora del monasterio de monjas, le dio una adecuada educación cristiana. Se dedicó a practicar las virtudes y prometió asumir su responsabilidad ante Jesucristo. Sobresalió en la perfección hasta superar a todas las monjas y convertirse en el mejor modelo para ellas en el cumplimiento de las reglas y el cumplimiento de todos los deberes.
Durante los días de la persecución, el gobernador Salino, enterado de la fama de santidad que tenía Febronia, envió a sus soldados a buscarla, y entraron por la fuerza en el monasterio, y Prapatia, la abadesa, no los vio. hasta que su corazón entró en pánico y supo que la batalla se acercaba. Entonces corrió hacia su hija Febronia, se despidió de ella con lágrimas y fortaleció su determinación de perseverar en su amor a Cristo hasta la muerte.
Los soldados la recibieron y la llevaron ante el gobernador, quien declaró que era cristiana y estaba dispuesta a soportar el tormento por causa de Jesucristo, su divino Redentor.
Entonces Salino trató de convencerla de que se compadeciera de su juventud y se contentara con ser la esposa de su joven amigo Símaco, que estaba a su derecha, y le dijo: “El novio que he elegido es Jesucristo, el Dios eterno”.
Entonces el gobernador mandó que le desgarraran el cuerpo con peines de hierro, hasta que su carne quedó esparcida y su sangre fue derramada, y ella permaneció inmóvil, dando gracias a Dios, entonces le cortaron los pechos, las manos y los pies, y pusieron brasas en el lugar de las heridas. La mártir gritó, diciendo: "Oh Dios mío y maestro, mira mi tormento y acepta mi alma en tus manos" Entonces su alma pura voló a la unión con su novio celestial en su gloria eterna en el año 304.
Después de su martirio, Samaco y su compañero Primus creyeron después de presenciar su tormento, firmeza y ascetismo en este mundo.
Se dice que solía aparecerse a las monjas en su lugar en el coro y participar con ellas en las oraciones obligatorias, y pronto desaparecía de la vista. El obispo de la ciudad construyó una lujosa iglesia en su nombre. Sus oraciones están con nosotros. Amén.
Otros Santos para hoy
SAN ZACARÍAS Y SANTA ISABEL, PADRES DE SAN JUAN BAUTISTA Y TÍOS DEL SEÑOR
“Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor”, afirma San Lucas en su evangelio (Lc. 1,6) sobre San Zacarías y Santa Isabel -padres de San Juan Bautista y tíos de Jesús.
Tal como describe el Evangelista San Lucas en su primer capítulo, Zacarías pertenecía a la clase sacerdotal de Abdías e Isabel era descendiente de Aarón. Ambos eran de edad avanzada y no tenían hijos porque Isabel era estéril.
Cierto día le tocó a Zacarías ingresar al “Santuario del Señor” para quemar el incienso. Un ángel del Señor se le apareció y le dijo que su esposa le daría un hijo al que llamaría Juan.
“Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto”, le dijo el ángel a Zacarías.
Zacarías le preguntó cómo podía estar seguro de esto porque él y su esposa eran ancianos. A lo que el ángel contestó que él era Gabriel, el que está delante de Dios, y que había sido enviado para hablarle y anunciarle esta buena noticia. Luego le dijo que se quedaría mudo por no haber creído.
Cuando Zacarías retornó a su casa, su esposa Isabel concibió un hijo y ella pensaba: “Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres”.
Después que el ángel Gabriel se le apareció a la Virgen María, la Madre de Dios fue a ayudar a Isabel, quien al verla, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
Cuando Juan nació todos se alegraban de la misericordia de Dios. En el día de la circuncisión, todos querían llamarlo como su padre. Sin embargo, Isabel comunicó que se llamaría Juan, Zacarías lo confirmó escribiendo ese nombre en una pizarra y al instante recuperó el habla.
Finalmente el papá de San Juan Bautista, alabando a Dios, pronunció el famoso “Cántico de Zacarías”, una de las oraciones que los sacerdotes y religiosos rezan cada mañana en sus oraciones llamadas “Laudes”.