Santiago (o Jacobo) de Nísibe (en arameo: ܝܥܩܘܒ ܢܨܝܒܢܝܐ, Yaʿqôḇ Nṣîḇnāyâ, + ca. 338), es un santo siríaco.
Fue el segundo obispo de Nisibe, padre espiritual del renombrado escritor san Efrén el Siríaco, y célebre asceta.

Nació, creció, trabajó y murió en la ciudad de Nisibis, que hoy en día se conoce como Nusbyien, una ciudad en el sureste de Turquía.
Pasó sus primeros años estudiando y con educación espiritual. En su juventud, se retiró al desierto para vivir y orar como un asceta. Cuando murió el obispo de Nísibe, surgieron dos candidatos de dos grupos en conflicto de la población. Sin embargo, el consejo del ermitaño Maroukeh, hizo que todos se centraran en san Santiago, el ermitaño, lo llamaron del desierto y lo ordenaron obispo en 320 DC en Amida.

La vida de Santiago está llena de incidentes de milagros, que simplemente son testigos del hecho de la amplia popularidad de este líder espiritual. Había sido discípulo del ermitaño Maroukeh y, a su vez, había sido maestro de Efrén de Siria, el sacerdote sirio, un gran escritor patrístico. Estuvo presente en 325 AD en el Concilio de Nicea, donde según la tradición, gozó de gran respeto por parte del Emperador Constantino y los asistentes al concilio.

Se convirtió en uno de los grandes defensores prominentes de la fe en la Iglesia cristiana contra Ario y el arrianismo, que fueron condenados en el Concilio de Nicea. Dos o tres veces salvó a su ciudad de la invasión persa con sus oraciones. Aunque fue sometido a persecuciones y torturas antes de convertirse en clérigo durante la persecución de Maximianos, sin embargo murió pacíficamente a una edad avanzada alrededor del año 350.

Santiago fue nombrado obispo, en el año 308, de la comunidad cristiana de Nísibe en Mesopotamia (la actual Nusaybin, situada cerca de la frontera entre Turquía y Siria).
Santiago de Nísibe, también conocido como Santiago de Nusaybin, está registrado como signatario en el Primer Concilio de Nicea en 325. Fue el primer cristiano que buscó el Arca de Noé, de la que afirmó haber encontrado un trozo en una montaña, el Monte Judi (Cudi turco Dağı), a 70 millas (110 km) de Nisibe.
Fundó la basílica y la escuela teológica de Nísibe siguiendo el modelo de la escuela de Diodoro de Tarso en Antioquía.

No fue hasta el siglo X que el "sabio persa" que había sido identificado incorrectamente con Santiago de Nísibe fue finalmente identificado con Afrahat.
Santiago fue el maestro y director espiritual de San Efrén, un gran asceta, maestro y escritor de himnos que combatió el arrianismo.

Gran parte del ministerio público de Santiago, al igual que el de otros ascetas siríacos, puede considerarse socialmente coherente en el contexto del Oriente tardío romano.
Ante la retirada de los ricos terratenientes a las grandes ciudades, hombres santos como Santiago actuaron como árbitros imparciales y necesarios en las disputas entre los campesinos y dentro de las ciudades más pequeñas.

San Gregorio, obispo de la gran Armenia, se dirigió a él para pedirle que escribiera sobre la fe, y el pastor Nísibe le envió, a modo de respuesta, un detallado Discurso (18 capítulos): sobre la fe, sobre el amor, el ayuno, la oración, la guerra espiritual, la resurrección de los muertos, los deberes de los pastores, sobre la circuncisión contra los judíos, sobre la elección de los alimentos, sobre Cristo como el Hijo de Dios, y así sucesivamente.

Su composición se distingue por su clara y persuasiva exposición y calidez.

Santiago murió pacíficamente alrededor del año 350.
Sus reliquias están en la iglesia que fundó en Nísibe.

Fuente: maronitas.org